La señal de video
A diferencia de otros modelos de representación visual como el
cinematógrafo, que generan una imagen fotoquímica obtenida tras procesos de laboratorio, la imagen
que vemos en televisión es una imagen eléctrica. La señal de vídeo/televisión se basa en la
posibilidad de convertir las variaciones de intensidad de luz en variaciones de
intensidad eléctrica a partir de la existencia de materiales fotosensibles que
ven variadas sus características al incidir sobre ellos la luz.
A grandes rasgos el proceso es el siguiente: supongamos una cámara de televisión que enfoca la imagen de un objeto iluminado. Dentro de la cámara se encuentra un tubo de cristal -el tubo de cámara- que contiene en su parte anterior una superficie sensible a la luz, llamada target, y en su parte posterior un cátodo que lanza electrones desde atrás contra el target. La óptica de la cámara recoge las imágenes exteriores y las enfoca sobre el target o mosaico sobre el que incide la luminosidad de la imagen real; en cada punto del target, que está compuesto de un material que reacciona a la luz generando electricidad, se generan distintas intensidades en forma de cargas eléctricas, proporcionales a las luces y las sombras que le llegan. Un ejemplo: cuando se enfoca sobre el target un personaje con chaqueta negra y pantalones blancos, la luz reflejada por la chaqueta crea una pequeña carga, mientras que la de los pantalones será de gran densidad. En la parte posterior hay un cañón de electrones o cátodo que ‘se dispara’ sobre el target y los electrones ‘disparados’ van detectando,
A grandes rasgos el proceso es el siguiente: supongamos una cámara de televisión que enfoca la imagen de un objeto iluminado. Dentro de la cámara se encuentra un tubo de cristal -el tubo de cámara- que contiene en su parte anterior una superficie sensible a la luz, llamada target, y en su parte posterior un cátodo que lanza electrones desde atrás contra el target. La óptica de la cámara recoge las imágenes exteriores y las enfoca sobre el target o mosaico sobre el que incide la luminosidad de la imagen real; en cada punto del target, que está compuesto de un material que reacciona a la luz generando electricidad, se generan distintas intensidades en forma de cargas eléctricas, proporcionales a las luces y las sombras que le llegan. Un ejemplo: cuando se enfoca sobre el target un personaje con chaqueta negra y pantalones blancos, la luz reflejada por la chaqueta crea una pequeña carga, mientras que la de los pantalones será de gran densidad. En la parte posterior hay un cañón de electrones o cátodo que ‘se dispara’ sobre el target y los electrones ‘disparados’ van detectando,
Esta señal de vídeo es la base de la imagen de televisión; una vez amplificada y sometida a una serie de procesos puede transmitirse a distancia bien por ondas, terrestres o vía satélite, bien por cable. En el televisor, la señal de vídeo realiza el proceso inverso que permite que la electricidad de la señal se transforme en las imágenes que vemos.
La señal de video se compone del pico de blancos, que corresponde a la máxima señal de luminosidad; el pico o nivel de negro, que corresponde a la mínima intensidad lumínica; y de una serie de impulsos cuya función consiste en sincronizar todos los elementos que intervienen en la creación de la imagen, entre otros: Impulso de sincronismo horizontal, que señala el inicio de lectura de cada una de las líneas; impulso de sincronismo vertical, que señala el inicio de cada campo, como veremos a continuación.
En realidad, si te acercas con una buena lupa al televisor, verás que una imagen de televisión está formada por pequeñas celdas agrupadas en líneas. Si en la habitación a oscuras te colocas a cierta distancia del televisor y giras completamente la cabeza hacia un lado, podrás apreciar por el rabillo del ojo (no mires hacia la pantalla) el parpadeo que produce el haz de electrones al dibujar las líneas a gran velocidad. Ese parpadeo, aunque no es fácilmente perceptible, es el que hace que tus ojos se sientan cansados si ves la televisión durante mucho tiempo o si la ves en una habitación demasiado oscura.
Para conseguir la perfecta sensación del movimiento sin ningún centelleo es necesario que la señal de vídeo se produzca con una determinada frecuencia temporal. La imagen de televisión es explorada por el haz de electrones de la cámara o del televisor en el sistema estándar español PAL de 625 líneas, a una frecuencia de 25 veces cada segundo. Lo anterior quiere decir que cada imagen completa de televisión tiene 625 líneas que se renuevan 25 veces cada segundo con una regularidad absoluta. Cada una de esas imágenes recibe el nombre de cuadro o frame y sería el equivalente al fotograma en cine. Sin embargo, en sentido estricto, la imagen se forma por un barrido del haz de electrones que va alternando el grupo de líneas pares con el grupo de líneas imapres. Así cada una de esas 25 imágenes por segundo son en realidad dos grupos de líneas, llamados campos o semi-imágenes, de 312,5 líneas cada uno, renovadas a la frecuencia de 50 tramas o campos por segundo. Este procedimiento recibe el nombre de barrido entrelazado.
La
ingeniería del vídeo: televisión de color
Para ello se trataba de que si en blanco y negro las cámaras y los televisores operaban con un único tubo que trabajaba tan sólo con la información de brillo, conocida como luminancia; en color la señal de televisión procesa por separado dos tipos de señales: la mencionada luminancia y la crominancia que indica el tono y saturación en cada punto de color. El ‘truco’ consiste en que en la televisión en color la luminancia se crea a partir de la adición de tres señales de color. La luminancia está formada por un porcentaje de los tres colores fundamentales: un 30% de la señal roja (R), un 59% de la señal verde (G) y un11% de la señal azul (B).
Obviamente, el color obliga a la cámara a poseer no un tubo de imagen, sino tres, siendo cada uno de ellos correspondiente a uno de los tres colores en los que se descompone la imagen. En suma que, al salir de los tubos de cámara tenemos tres señales, RGB, que se envían a una matriz que extrae la señal de luminancia por un lado (nominada por los ingenieros como Y) y dos señales que sumadas son la crominancia (C). Sólo son necesarias dos señales porque el tercer color se obtiene de la luminancia y estas dos señales de diferencia de color. Si se mezclan las señales Y/C se obtiene la señal de video compuesto que se puede modular en radiofrecuencia y transmitir fácilmente por ondas hertzianas.
En los años 80 se desarrolló la técnica CCD (Charge Coupled Device; Dispositivo de carga de acoplamiento). El funcionamiento técnico del dispositivo se basa en unos circuitos integrados formados por elementos fotosensibles dispuestos en columnas y filas. En cada punto de intersección se halla un punto sensible a la luz incidente, llamado píxel; a su vez esa luz es capaz de generar cargas eléctricas de una tensión proporcional a la luz que recibe: más brillo, más densidad de carga. En los CCD, cada fila corresponde a una línea de video; el detalle y la resolución será proporcionalmente mayor según sea el número de píxeles. La ligereza y menor tamaño de los sensores CCD, su carácter resistente a golpes y vibraciones ha permitido diseñar cámaras más pequeñas que paulatinamente han arrinconado hasta su práctica desaparición a los tubos de cámara.
Para ello se trataba de que si en blanco y negro las cámaras y los televisores operaban con un único tubo que trabajaba tan sólo con la información de brillo, conocida como luminancia; en color la señal de televisión procesa por separado dos tipos de señales: la mencionada luminancia y la crominancia que indica el tono y saturación en cada punto de color. El ‘truco’ consiste en que en la televisión en color la luminancia se crea a partir de la adición de tres señales de color. La luminancia está formada por un porcentaje de los tres colores fundamentales: un 30% de la señal roja (R), un 59% de la señal verde (G) y un11% de la señal azul (B).
Obviamente, el color obliga a la cámara a poseer no un tubo de imagen, sino tres, siendo cada uno de ellos correspondiente a uno de los tres colores en los que se descompone la imagen. En suma que, al salir de los tubos de cámara tenemos tres señales, RGB, que se envían a una matriz que extrae la señal de luminancia por un lado (nominada por los ingenieros como Y) y dos señales que sumadas son la crominancia (C). Sólo son necesarias dos señales porque el tercer color se obtiene de la luminancia y estas dos señales de diferencia de color. Si se mezclan las señales Y/C se obtiene la señal de video compuesto que se puede modular en radiofrecuencia y transmitir fácilmente por ondas hertzianas.
En los años 80 se desarrolló la técnica CCD (Charge Coupled Device; Dispositivo de carga de acoplamiento). El funcionamiento técnico del dispositivo se basa en unos circuitos integrados formados por elementos fotosensibles dispuestos en columnas y filas. En cada punto de intersección se halla un punto sensible a la luz incidente, llamado píxel; a su vez esa luz es capaz de generar cargas eléctricas de una tensión proporcional a la luz que recibe: más brillo, más densidad de carga. En los CCD, cada fila corresponde a una línea de video; el detalle y la resolución será proporcionalmente mayor según sea el número de píxeles. La ligereza y menor tamaño de los sensores CCD, su carácter resistente a golpes y vibraciones ha permitido diseñar cámaras más pequeñas que paulatinamente han arrinconado hasta su práctica desaparición a los tubos de cámara.
La
cámara de televisión
La cámara es la herramienta técnica que permite la captación de imágenes. En
líneas generales puede decirse que una cámara de televisión proporciona las
prestaciones de una cámara de cine. Pero, claro está, con la diferencia que en
aquélla las prestaciones son realizadas electrónicamente; de lo que se desprende
lógicamente que la cámara de televisión necesita electricidad para funcionar.
La transformación de la luz en señales eléctricas obliga a un patrón unificado de la lectura correcta de esa relación entre la luz y la electricidad. Ese patrón es el balance de blancos que indica a los circuitos internos una referencia de lo que es cien por cien blanco para el ojo humano en un determinado contexto de iluminación, y sirve de referencia para ayudarse en la reproducción de los colores.
Si tú tomas una hoja en blanco y la colocas a la luz del día, la verás blanca. Si a continuación te la llevas a casa y la colocas a la luz de un tubo fluorescente, la seguirás viendo blanca y si, por último, de noche te vas a una habitación y la colocas a la luz de una bombilla, seguirás siendo capaz de identificarla como blanca. Sin embargo lo cierto es que en el primer caso el blanco tiende a ser bastante azulado, en el segundo caso, algo verdoso y en el tercero bastante amarillento ¿Dónde está el truco? Nuestro cerebro es capaz de trabajar para compensar las diferencias cromáticas permitiéndonos percibir un mismo color como constante (constancia perceptiva del color), aunque objetivamente haya variado. Una cámara no es capaz de llevar a cabo esta operación, por lo que hay que decirle cuál es la referencia para el blanco cada vez que cambiemos de fuente o de contexto de iluminación, de lo contrario los colores podrían ser mal registrados.
Las cámaras profesionales de televisión pueden ser clasificadas en cuatro categorías generales:
Cámaras de Estudio.
La transformación de la luz en señales eléctricas obliga a un patrón unificado de la lectura correcta de esa relación entre la luz y la electricidad. Ese patrón es el balance de blancos que indica a los circuitos internos una referencia de lo que es cien por cien blanco para el ojo humano en un determinado contexto de iluminación, y sirve de referencia para ayudarse en la reproducción de los colores.
Si tú tomas una hoja en blanco y la colocas a la luz del día, la verás blanca. Si a continuación te la llevas a casa y la colocas a la luz de un tubo fluorescente, la seguirás viendo blanca y si, por último, de noche te vas a una habitación y la colocas a la luz de una bombilla, seguirás siendo capaz de identificarla como blanca. Sin embargo lo cierto es que en el primer caso el blanco tiende a ser bastante azulado, en el segundo caso, algo verdoso y en el tercero bastante amarillento ¿Dónde está el truco? Nuestro cerebro es capaz de trabajar para compensar las diferencias cromáticas permitiéndonos percibir un mismo color como constante (constancia perceptiva del color), aunque objetivamente haya variado. Una cámara no es capaz de llevar a cabo esta operación, por lo que hay que decirle cuál es la referencia para el blanco cada vez que cambiemos de fuente o de contexto de iluminación, de lo contrario los colores podrían ser mal registrados.
Las cámaras profesionales de televisión pueden ser clasificadas en cuatro categorías generales:
Cámaras de Estudio.
Se utilizan en plató y están conectadas a un control
de realización; se usan en los informativos, Talk
show, variedades, etc. En los
últimos tiempos han proliferado en muchos programas y especialmente en
los informativos las cámaras robotizadas que son guiadas por programas
informáticos.
Cámaras para exteriores. Se utilizan para eventos deportivos o
acontecimientos especiales; habitualmente se conectan a un control de
realización en una unidad móvil.
Las cámaras steadycam, de uso muy frecuente en los programas televisivos, pertenecerían a esta categoría
Las cámaras steadycam, de uso muy frecuente en los programas televisivos, pertenecerían a esta categoría
Cámaras ENG. Las cámaras ENG
(Electronic News Gathering) son ligeras para ser llevadas en el hombro por los
profesionales; están dotadas de mayor autonomía y su uso básico es para la
realización de reportajes.
En síntesis, la labor de un vídeo consiste en transformar las informaciones
visuales y sonoras de la señal eléctrica de la televisión en informaciones
magnéticas que puedan ser conservadas en una cinta magnética.
Esa labor la
realizan las cabezas de
grabación: Almacenar las señales en una cinta magnética posee una serie de ventajas: en
condiciones perfectas, la calidad de la grabación y de la imagen recibida es
idéntica; se puede visionar inmediatamente y en algunos formatos hasta puede
comprobarse en tiempo real; puede reproducirse varias veces sin deterioro excesivo;
la cinta puede borrarse y volver a ser útil para grabar; puede manipularse a
través de la edición; permite incluir efectos visuales que pueden ser
modificados y permite copiar películas de formato cine y manipularlas.
Durante décadas los formatos
en vídeo se establecieron en
relación a la anchura de las cintas magnéticas: los formatos profesionales eran
los de 2 pulgadas y 1
pulgada de ancho de cinta;
los industriales los de 3/4 de
pulgada(el célebre U Matic, primer sistema de vídeo cuya cinta iba alojada
en una casete y cuyo genial hallazgo en 1971 posibilitó la viabilidad del
mercado doméstico); y los domésticos de 1/2 pulgada tal como el VHS y antes el
Betamax.
Pero las cosas comenzaron a cambiar cuando en los años ochenta
apareció en el formato Betacam de media pulgada de ancho de cinta pero que pese
a su estrechez ha sido el sistema dominador del sector profesional durante una
década.
En los últimos años han surgido con fuerza los formatos digitales, DV –Digital
Vídeo-. Todo indica que estos formatos tales como el DV Profesional, el
DVPro, el DVCam y el MiniDV, debido a la excelente calidad combinada de imagen
y sonido y a su flexibilidad en la postproducción desplazarán, con el permiso
de los de Alta Definición –HD- a los formatos analógicos y se convertirán en
muy poco tiempo en completamente hegemónicos en el mercado televisivo.
El monitor de
televisión
Un monitor de televisión, al igual que un televisor doméstico, tiene como finalidad la restitución de la señal eléctrica de vídeo. La diferencia entre ambos, excepción hecha de las muy diferentes calidades de la imagen que consiguen, consiste en que el monitor recibe la señal de la cámara por medio de algún tipo de cable mientras que el televisor cuenta con un sintonizador para las trasmisiones de televisión. El modelo tecnológico de recepción es idéntico, pero invertido, al de captación de las imágenes tal como hemos visto en los epígrafes 1 y 2 de este bloque. Es decir, la señal eléctrica de la imagen obtenida por una cámara u otra fuente llega a una matriz decodificadora que está en el monitor; allí un tubo de rayos catódicos barre la pantalla con su haz de electrones, según el modelo de exploración al que esté normatizado (PAL, SECAM, NTSC), recorre el mosaicode arriba abajo y de izquierda a derecha contrarrestando la inversión de las lentes (en el tubo de imagen los electrones exploran de abajo hacia arriba y de derecha a izquierda para compensar la inversión óptica de la imagen debida a las lentes).
Los monitores se utilizan para los procesos de producción televisiva en tres situaciones:
Un monitor de televisión, al igual que un televisor doméstico, tiene como finalidad la restitución de la señal eléctrica de vídeo. La diferencia entre ambos, excepción hecha de las muy diferentes calidades de la imagen que consiguen, consiste en que el monitor recibe la señal de la cámara por medio de algún tipo de cable mientras que el televisor cuenta con un sintonizador para las trasmisiones de televisión. El modelo tecnológico de recepción es idéntico, pero invertido, al de captación de las imágenes tal como hemos visto en los epígrafes 1 y 2 de este bloque. Es decir, la señal eléctrica de la imagen obtenida por una cámara u otra fuente llega a una matriz decodificadora que está en el monitor; allí un tubo de rayos catódicos barre la pantalla con su haz de electrones, según el modelo de exploración al que esté normatizado (PAL, SECAM, NTSC), recorre el mosaicode arriba abajo y de izquierda a derecha contrarrestando la inversión de las lentes (en el tubo de imagen los electrones exploran de abajo hacia arriba y de derecha a izquierda para compensar la inversión óptica de la imagen debida a las lentes).
Los monitores se utilizan para los procesos de producción televisiva en tres situaciones:
·
En la sala
de realización del estudio o en la unidad móvil para que el equipo de
producción pueda observar todas la posiciones de cámara y elegir aquella que en
cada momento sea más adecuada. Piénsese, por ejemplo, que una retrasmisión de
un macro evento deportivo se usan más de una docena de cámaras y otros tantos
monitores (habitualmente no existen magnetoscopios para todos las
cámaras-monitores). El uso es similar, aunque con un número mucho más reducido,
en la salas de posproducción y edición de vídeo.
·
En la grabación
en exteriores con equipos ENG para disponer de imágenes que favorezca
una mejor composición visual y los contenidos narrativos.
·
En el desarrollo
de las prácticas profesionales de los periodistas; tal como ocurre con
los monitores que favorece los comentarios de los cronistas deportivos a los
que a las imágenes se les incorpora datos informativos (por ejemplo en las
carreras ciclistas o del motor). En los informativos otros monitores permite
leer las noticias al presentador.
Los monitores
profesionales consiguen unas mejores prestaciones de brillo,contraste y color que
los televisores domésticos; y de hecho, su precio es sustantivamente mayor que
el de aquéllos y, en general, prohibitivo para el común de los ciudadanos. Los
monitores no están concebidos para ver los programas televisivos. Por ello, el
elemento distintivo de los televisores es el sintonizador que
permite ver la señal televisiva tomada desde la antena receptora. El
sintonizador del receptor televisivo está capacitado para modular las
frecuencias en que son trasmitidas las señales televisivas y
transformarla en otra de componentes más bajos. La gran mayoría de los
sintonizadores televisivos son electrónicos en lugar de los mecánicos de rueda
o dial del pasado.
El sonido
Los procesos de obtención de sonido en televisión no difieren excesivamente de los planteados en cine. Es más, la lectura del epígrafe 5 del bloque de tecnología de Media Cine resulta imprescindible para completar los conocimientos sobre el sonido en televisión, aunque sólo fuera porque en la actualidad la captación de las señales sonoras se hace mayoritariamente por sistemas digitales comunes a los soportes cinematográficos y televisivos. El sonido en televisión era en sus inicios monoaural (de un sólo canal) debiendo diferenciarse cada sonido por su volumen, tono y calidad o timbre. Esto incrementaba el efecto de reverberación y hacía que el oído exigiera un rango de frecuencias más amplio que los sistemas estéreos (canal derecho y canal izquierdo diferenciados). En las cintas magnéticas la pista de sonido iba dispuesta de una manera longitudinal y continua a lo largo de toda ella (la información visual del vídeo se coloca en la cinta en pistas transversales).
A partir de la década de los años ochenta se van generalizando en televisión las grabaciones sonoras en estéreo que utilizan en su registro separadamente dos pistas de audio. A pesar de que no es frecuente ni siquiera hoy día la emisión televisiva en estéreo, algunos magnetoscopios domésticos incorporaron calidad de sonido HI-Fi (High Fidelity) hace más de una década. La principal diferencia desde un punto de vista técnico consiste en que la Alta Fidelidad es registrada por cabezas de grabación sonora dispuestas en el mismo tambor en el que van colocadas las cabezas de vídeo. Las pistas de audio HI-Fi se inscriben en la cinta magnética de una manera transversal tal como ocurre con las imágenes de vídeo.
En la actualidad, prácticamente todo el sonido es digital. Es decir que en lugar de que las vibraciones de la presión del aire, que son en definitiva el sonido, se transformen en señales eléctricas que mantienen alguna analogía con el original, el sonido se descompone en secciones con valores numéricos (dígitos) que posteriormente son transformados en valores de tipo binario mucho más fáciles de manipular para conseguir, entre otras muchas cosas, los efectos como eco, reverberación y otros.
Los procesos de obtención de sonido en televisión no difieren excesivamente de los planteados en cine. Es más, la lectura del epígrafe 5 del bloque de tecnología de Media Cine resulta imprescindible para completar los conocimientos sobre el sonido en televisión, aunque sólo fuera porque en la actualidad la captación de las señales sonoras se hace mayoritariamente por sistemas digitales comunes a los soportes cinematográficos y televisivos. El sonido en televisión era en sus inicios monoaural (de un sólo canal) debiendo diferenciarse cada sonido por su volumen, tono y calidad o timbre. Esto incrementaba el efecto de reverberación y hacía que el oído exigiera un rango de frecuencias más amplio que los sistemas estéreos (canal derecho y canal izquierdo diferenciados). En las cintas magnéticas la pista de sonido iba dispuesta de una manera longitudinal y continua a lo largo de toda ella (la información visual del vídeo se coloca en la cinta en pistas transversales).
A partir de la década de los años ochenta se van generalizando en televisión las grabaciones sonoras en estéreo que utilizan en su registro separadamente dos pistas de audio. A pesar de que no es frecuente ni siquiera hoy día la emisión televisiva en estéreo, algunos magnetoscopios domésticos incorporaron calidad de sonido HI-Fi (High Fidelity) hace más de una década. La principal diferencia desde un punto de vista técnico consiste en que la Alta Fidelidad es registrada por cabezas de grabación sonora dispuestas en el mismo tambor en el que van colocadas las cabezas de vídeo. Las pistas de audio HI-Fi se inscriben en la cinta magnética de una manera transversal tal como ocurre con las imágenes de vídeo.
En la actualidad, prácticamente todo el sonido es digital. Es decir que en lugar de que las vibraciones de la presión del aire, que son en definitiva el sonido, se transformen en señales eléctricas que mantienen alguna analogía con el original, el sonido se descompone en secciones con valores numéricos (dígitos) que posteriormente son transformados en valores de tipo binario mucho más fáciles de manipular para conseguir, entre otras muchas cosas, los efectos como eco, reverberación y otros.
Dado que gran parte del trabajo de televisión se realiza en estudio es muy importante cuidar la acústica de éstos. Así encontramos: Estudios reverberantes que acentúan los sonidos deseados – diálogos, música- y los no deseados – cables arrastrándose por el suelo, ruidos de maquinaria para desplazar la cámara -, especialmente si hay silencios. Y Estudios muertos, aquellos adaptados con superficies que absorben las reflexiones acústicas; el sonido no se transmite tan bien en estos estudios debido a esta falta de reflexión por lo que los micrófonos deben utilizarse mucho más cerca de las fuentes de sonido.
Con respecto a los micrófonos y completando lo dicho en el epígrafe del sonido de Media Cine puede añadirse que para la Televisión existen:
·
Micrófonos
personales; se denominan así
aquellos que se sujetan directamente al invitado o locutor, como los de corbata
o los diminutos dispositivos auditivos – popularmente conocidos
como pinganillos – que sitúan en una de las orejas, a través de los que se les
comunican a los locutores las instrucciones.
·
Micrófonos de mano; de tipo omnidireccional, son robustos, fácilmente manejables,
protegidos contra el viento, provistos de una malla con forma de bola que
elimina ruidos extraños cuando se acerca demasiado a la fuente sonora. Son los
habituales en reportajes de calle e intervenciones de público en plató.
·
Micrófonos de pie; de altura regulable con un tubo telescópico sustentado por un
trípode de cangrejo. Utilizado por cantantes solistas, comentaristas erguidos y
actuaciones de orquestas.
·
Micrófono colgado; suspendido sobre el área donde actúa. No da buen resultado en
situaciones de varias intervenciones individuales como un debate o una
tertulia.
·
La jirafa; sujeto al extremo de una caña de tamaño variable mediante una pinza.
Puede ser: manual, cuando el ayudante de sonido opera la caña
suspendiéndola a pulso en el aire dirigiendo el micrófono a la fuente sonora o jirafa
grande o telescópica, situada sobre una dolly lo que la dota de gran
movilidad tanto de desplazamiento como de alcance por lo extensible de su
brazo. Es la más óptima en estudio aunque su manejo puede ser aparatoso
La
edición
Desde el punto de vista del lenguaje audiovisual el montaje, tal como puede verse en el epígrafe de Montaje de Media Cine, es el proceso de ordenación de un material con el fin de obtener un programa continuado, sin imágenes o sonidos inútiles o mal colocados. El montaje en soporte electromagnético o digital característico de la televisión suele denominarse con el nombre de edición o editaje.
Desde el punto de vista del lenguaje audiovisual el montaje, tal como puede verse en el epígrafe de Montaje de Media Cine, es el proceso de ordenación de un material con el fin de obtener un programa continuado, sin imágenes o sonidos inútiles o mal colocados. El montaje en soporte electromagnético o digital característico de la televisión suele denominarse con el nombre de edición o editaje.
El sistema más simple de edición se lleva a cabo con dos
magnetoscopios (VTR video tape recorder). Uno reproductor y el otro grabador. En el primero
situamos la llamada cinta master, aquella que posee
todos los brutos de la
grabación, y en el grabador se coloca la cinta donde haremos el montaje
final de imágenes. La operación
de edición propiamente dicha consiste en establecer los puntos de inicio y final del plano y marcarlos como puntos de edición. Ambos
magnetoscopios han de sincronizarse
para que ésta se haga con perfecta calidad en los puntos de edición
establecidos. Para ello los magnetoscopios retroceden unos metros de cinta en
lo que se denomina pre-roll que es algo así como tomar
carrerilla para que cuando lleguen los puntos de entrada, ambos magnetoscopios
estén ya sincronizados a la misma velocidad.
El funcionamiento de estos dos magnetoscopios se controla por la llamada mesa
de edición a la que ambos van
conectados y constituye una sala
de edición por corte. Si disponemos de una mesa que nos permite conectar tres magnetoscopios, dos de
ellos para reproducción y un tercero para grabación, el número de posibilidades
de edición aumentará considerablemente, pudiendo incluirse fundidos encadenados. Este tipo
de salas recibe el nombre de salas de edición A-B Roll.
Un elemento muy útil para las operaciones de edición es el código de tiempos. Éste es una señal generada por un reloj del sistema que se inscribe en la cinta permitiendo localizar con absoluta exactitud cualquier punto de ella. Esta información se graba en la pista de órdenes como un número con formato horas: minutos: segundos: frames y se visualiza en la parte inferior de la imagen. En una mesa de edición programable, el código de tiempos se usa para designar los puntos de edición.
Un elemento muy útil para las operaciones de edición es el código de tiempos. Éste es una señal generada por un reloj del sistema que se inscribe en la cinta permitiendo localizar con absoluta exactitud cualquier punto de ella. Esta información se graba en la pista de órdenes como un número con formato horas: minutos: segundos: frames y se visualiza en la parte inferior de la imagen. En una mesa de edición programable, el código de tiempos se usa para designar los puntos de edición.
Al estar el vídeo digitalizado, podemos ir instantáneamente a cualquier
punto de la grabación. El programa editado puede mejorarse espectacularmente
con el añadido de todo tipo de efectos. Las transiciones pueden ser mucho más vistosas que los
simples fundidos y cortinillas. También podemos añadir gráficos y todo tipo de
animaciones. Lo más importante del proceso es la tarjeta de captura, con salidas
de vídeo para reproducción y así tener la posibilidad de volcar el vídeo a
cinta. Además hace falta el software
de edición, necesario para organizar las escenas según el orden que
queramos y añadir los efectos con los que vayamos a adornar la producción.
El mezclador
de vídeo constituye la herramienta básica desde donde se generan y
organizan la mayoría de los efectos visuales analógicos. El mezclador recibe
las distintas fuentes de entrada de imágenes y tras su paso por una
matriz de conmutación permite elegir la factura visual de las imágenes
acabadas. Su primera función consiste en establecer las maneras en que
se producen las transiciones entre planos. De este modo, todo
mezclador de video realiza cuanto menos tres tipos de transición:
·
Por corte o cambio instantáneo de una imagen a otra. Es la más frecuente
en todos los programas
·
Por fundido. A veces yendo la imagen desde negro y ganando luminosidad hasta su
nivel normal, conocidos como fade in; y a veces desvaneciéndose la
imagen l hacia negro, conocidos como fade out.
·
Por encadenado. Consistente en la superposición de la imagen previa a la segunda de
una manera que aquella se va desvaneciendo.
Más sofisticadas son
las transiciones que utilizan cortinillas. Las
cortinillas poseen unos rebordes visibles, de formas geométricas y con variadas
direcciones de movimiento – arriba, abajo, derecha, izquierda, espiral- dando
paso de una imagen a otra por sustitución. Eran muy utilizadas en
el cine mudo y en la actualidad se usan en series nostálgicas o para llamar la
atención visual.
Hoy día es muy frecuente en muchos programas que la imagen incorpore algún tipo de texto. Éstos se hacen con la tituladora, un aparato capaz de insertar textos y subtítulos en la imagen. Es con lo que se insertan, por ejemplo, los mensajes SMS en muchos programas actuales.
El chroma key es el efecto especial más conocido popularmente. Su fundamento consiste en insertar una imagen con un fondo distinto proveniente de otro lugar. Se establece un color (chroma) como ‘llave’ (key) que da entrada a la imagen –habitualmente el azul o el verde-, el mezclador detecta este color y las zonas donde existe las rellena con otra señal de vídeo seleccionada. Es decir, si tenemos un fondo de un paisaje lunar y por otro lado grabamos a un actor disfrazado de astronauta sobre un fondo verde, al mezclar ambas imágenes ejecutando la función de chroma del mezclador obtendremos una tercera imagen del astronauta sobre la luna; el color verde del plano del astronauta habrá sido sustituido por la imagen de la luna. El elemento a incrustar no debe jamás llevar nada del color ‘llave’, dado que aparecería como un agujero a través del cual veríamos el fondo. También existen, claro está, los efectos digitales; la mayoría de estos efectos no están incluidos en el mezclador sino que son unidades independientes. Son innumerables y el desarrollo de las diversas compañías desoftware hace surgir cada vez nuevas opciones, aunque en ocasiones los problemas de competencia dan lugar a incompatibilidades u obligan a la adquisición de hardware extra para su uso. Algunos ejemplos son: efecto de compresión, varía la relación de aspecto de la imagen; pushes, cuando una imagen empuja a otra para sacarla de cuadro; flips, efectos de giro sobre los ejes de la imagen salvo la perpendicular; rotación, similar al flip añadiendo el giro sobre la perpendicular.
Hoy día es muy frecuente en muchos programas que la imagen incorpore algún tipo de texto. Éstos se hacen con la tituladora, un aparato capaz de insertar textos y subtítulos en la imagen. Es con lo que se insertan, por ejemplo, los mensajes SMS en muchos programas actuales.
El chroma key es el efecto especial más conocido popularmente. Su fundamento consiste en insertar una imagen con un fondo distinto proveniente de otro lugar. Se establece un color (chroma) como ‘llave’ (key) que da entrada a la imagen –habitualmente el azul o el verde-, el mezclador detecta este color y las zonas donde existe las rellena con otra señal de vídeo seleccionada. Es decir, si tenemos un fondo de un paisaje lunar y por otro lado grabamos a un actor disfrazado de astronauta sobre un fondo verde, al mezclar ambas imágenes ejecutando la función de chroma del mezclador obtendremos una tercera imagen del astronauta sobre la luna; el color verde del plano del astronauta habrá sido sustituido por la imagen de la luna. El elemento a incrustar no debe jamás llevar nada del color ‘llave’, dado que aparecería como un agujero a través del cual veríamos el fondo. También existen, claro está, los efectos digitales; la mayoría de estos efectos no están incluidos en el mezclador sino que son unidades independientes. Son innumerables y el desarrollo de las diversas compañías desoftware hace surgir cada vez nuevas opciones, aunque en ocasiones los problemas de competencia dan lugar a incompatibilidades u obligan a la adquisición de hardware extra para su uso. Algunos ejemplos son: efecto de compresión, varía la relación de aspecto de la imagen; pushes, cuando una imagen empuja a otra para sacarla de cuadro; flips, efectos de giro sobre los ejes de la imagen salvo la perpendicular; rotación, similar al flip añadiendo el giro sobre la perpendicular.
Transmisión: satélite,
herziana, cable
Televisión etimológicamente no significa otra cosa que ‘visión a distancia’. Es decir, lo que da verdaderamente sentido a la comunicación televisiva es que las imágenes y los sonidos se trasladan desde un emisor, que es la cadena, hasta un receptor, que son los televidentes. La única manera, y aún hegemónica, de enviar la señal de televisión de un lugar a otro ha sido la retransmisión por medio de ondas hercianas. Sin embargo, en el presente muchos de los programas televisivos que llegan a nuestros hogares lo hacen por medio de los satélites o del cable, y hasta por medio de Televisión Digital, conocida como TDT.
La función de un modulador no es otra que la de convertir una señal eléctrica (la ya conocida señal de vídeo) en una onda electromagnética que transporta la información a larga distancia (onda portadora). Cuando la onda portadora llega al televisor a través de la antena, el sintonizador lleva a cabo la operación inversa: extrae de la onda portadora la información electromagnética correspondiente a la señal (la demodula) y la convierte en una señal eléctrica “legible” para el televisor o para el vídeo.
La televisión por cable se transmite por canales cerrados, aquellos cuyas señales están delimitadas por su medio, por el canal. El cable coaxial y la fibra óptica son los principales medios utilizados para transmitir por este sistema.
El cable coaxial, compuesto por hilo de cobre, transmite energía radioeléctrica y ofrece un alto nivel de protección ante las interferencias aunque sufre una gran pérdida en su transmisión debiéndose colocar amplificadores de señal cada 2 Km. de recorrido. A mayor diámetro del cable, menor pérdida. El cable de fibra óptica, compuesto por fibra de vidrio, transmite energía lumínica, láser, permitiendo utilizar conductores ópticos de mayor capacidad, incrementando el ancho de banda y multiplicando la posibilidad de trasladar señales y canales de televisión. Ofrece una mejor calidad de señal que el coaxial. Necesita un amplificador de señal cada 20 Km.
Televisión etimológicamente no significa otra cosa que ‘visión a distancia’. Es decir, lo que da verdaderamente sentido a la comunicación televisiva es que las imágenes y los sonidos se trasladan desde un emisor, que es la cadena, hasta un receptor, que son los televidentes. La única manera, y aún hegemónica, de enviar la señal de televisión de un lugar a otro ha sido la retransmisión por medio de ondas hercianas. Sin embargo, en el presente muchos de los programas televisivos que llegan a nuestros hogares lo hacen por medio de los satélites o del cable, y hasta por medio de Televisión Digital, conocida como TDT.
La función de un modulador no es otra que la de convertir una señal eléctrica (la ya conocida señal de vídeo) en una onda electromagnética que transporta la información a larga distancia (onda portadora). Cuando la onda portadora llega al televisor a través de la antena, el sintonizador lleva a cabo la operación inversa: extrae de la onda portadora la información electromagnética correspondiente a la señal (la demodula) y la convierte en una señal eléctrica “legible” para el televisor o para el vídeo.
La televisión por cable se transmite por canales cerrados, aquellos cuyas señales están delimitadas por su medio, por el canal. El cable coaxial y la fibra óptica son los principales medios utilizados para transmitir por este sistema.
El cable coaxial, compuesto por hilo de cobre, transmite energía radioeléctrica y ofrece un alto nivel de protección ante las interferencias aunque sufre una gran pérdida en su transmisión debiéndose colocar amplificadores de señal cada 2 Km. de recorrido. A mayor diámetro del cable, menor pérdida. El cable de fibra óptica, compuesto por fibra de vidrio, transmite energía lumínica, láser, permitiendo utilizar conductores ópticos de mayor capacidad, incrementando el ancho de banda y multiplicando la posibilidad de trasladar señales y canales de televisión. Ofrece una mejor calidad de señal que el coaxial. Necesita un amplificador de señal cada 20 Km.
Modelos
analógico y digital
A principios de los años noventa del pasado siglo todos los analistas televisivos consideraban que la televisión de alta definición supondría el cambio tecnológico del futuro. Únicamente se dudaba si los mercados abrazarían el modelo japonés de 1125 líneas de resolución o el europeo de 1250. Y sin embargo se equivocaron, produciéndose con su error uno de los grandes fiascos de toda la historia de la televisión. La adopción en EEUU, de largo el principal de todos los mercados del mundo, de modelos digitales de televisión trastocó todos los planes de la industria europea e hizo que todos los mercados se centren en el nuevo modelo tecnológico.
Como se sabe, la televisión digital consiste en un sistema de codificación de la señal de vídeo en forma de valores numéricos en formato binario. En el mundo digital esos parámetros se representan en números; en un sistema de base dos, es decir, usando únicamente los dígitos “1” y “0”. Toda señal analógica puede digitalizarse en un proceso realizable con un conversor analógico/digital.
Los canales de la televisión digital ocupan la misma anchura de banda que los canales utilizados por la televisión analógica, pero gracias al uso de técnicas de compresión de las señales de imagen y sonido (MPEG), pueden albergar un mayor número de programas de televisión. Así, dependiendo de la velocidad de transmisión: desde un único programa de televisión de alta definición, con máxima calidad de imagen y sonido, hasta cinco programas que alcancen calidad técnica actual, o incluso un número mayor de programas con una calidad similar al vídeo.
Por otro lado, la televisión digital, en combinación con líneas de retorno tipo ADSL, ofrece una serie de nuevos servicios impensables para la televisión analógica: televisión a la carta con canales temáticos; video bajo demanda, es decir, la posibilidad de elegir el momento en el que queremos recibir el programa en nuestro receptor; pago por visión, elegir pagar para visionar un programa concreto; realización compartida del telespectador, que puede elegir entre varias tomas ofertadas el ángulo de visión que más le satisface; menús interactivos, una guía de programación exhaustiva.
El corolario es que la cadena de valor y de servicios de la televisión se modifica: ya no se basará en la dialéctica entre los índices de audiencia y los programas de servicio público sino en una nueva lógica todavía desconocida en la que el televidente obligatoriamente deberá ser menos pasivo.
A principios de los años noventa del pasado siglo todos los analistas televisivos consideraban que la televisión de alta definición supondría el cambio tecnológico del futuro. Únicamente se dudaba si los mercados abrazarían el modelo japonés de 1125 líneas de resolución o el europeo de 1250. Y sin embargo se equivocaron, produciéndose con su error uno de los grandes fiascos de toda la historia de la televisión. La adopción en EEUU, de largo el principal de todos los mercados del mundo, de modelos digitales de televisión trastocó todos los planes de la industria europea e hizo que todos los mercados se centren en el nuevo modelo tecnológico.
Como se sabe, la televisión digital consiste en un sistema de codificación de la señal de vídeo en forma de valores numéricos en formato binario. En el mundo digital esos parámetros se representan en números; en un sistema de base dos, es decir, usando únicamente los dígitos “1” y “0”. Toda señal analógica puede digitalizarse en un proceso realizable con un conversor analógico/digital.
Los canales de la televisión digital ocupan la misma anchura de banda que los canales utilizados por la televisión analógica, pero gracias al uso de técnicas de compresión de las señales de imagen y sonido (MPEG), pueden albergar un mayor número de programas de televisión. Así, dependiendo de la velocidad de transmisión: desde un único programa de televisión de alta definición, con máxima calidad de imagen y sonido, hasta cinco programas que alcancen calidad técnica actual, o incluso un número mayor de programas con una calidad similar al vídeo.
Por otro lado, la televisión digital, en combinación con líneas de retorno tipo ADSL, ofrece una serie de nuevos servicios impensables para la televisión analógica: televisión a la carta con canales temáticos; video bajo demanda, es decir, la posibilidad de elegir el momento en el que queremos recibir el programa en nuestro receptor; pago por visión, elegir pagar para visionar un programa concreto; realización compartida del telespectador, que puede elegir entre varias tomas ofertadas el ángulo de visión que más le satisface; menús interactivos, una guía de programación exhaustiva.
El corolario es que la cadena de valor y de servicios de la televisión se modifica: ya no se basará en la dialéctica entre los índices de audiencia y los programas de servicio público sino en una nueva lógica todavía desconocida en la que el televidente obligatoriamente deberá ser menos pasivo.
profe sera q puedes decirme cual es e taller ya que no estube el dia viernes 10 de mayo cuando hicieron este taller gracias. att. Linda Muñoz 1001
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